Título: Memorias de un amigo imaginario
Autor: Matthew Dicks
Género: Narrativa contemporánea
Editorial: Nube de tinta
Páginas: 432
ISBN: 9788415594000
Max solo tiene 8 años y no es como los demás niños. Él vive para adentro y cuanto menos le molesten, mucho mejor. No le gustan los cambios, las sorpresas, los ruidos, que lo toquen y que le hagan hablar por hablar.
Si alguien le preguntara cuándo es más feliz, seguro que diría que jugando con sus legos planeando batallas entre ejércitos enemigos. Max no tiene amigos, porque nadie lo entiende y todos, hasta los profesores y sus propios padres, quieren que sea de otra manera. Solo me tiene a mí, que soy su amigo desde hace cinco años. Ahora sé que Max corre peligro y solo yo lo puedo ayudar. El problema es que Max es el único que puede verme y oír. Tengo mucho miedo por él, pero sobre todo por mí. Los padres de Max dicen que soy un "amigo imaginario". Espero que a estas alturas tengas claro que no soy imaginario.
Me suelen llamar
bastante la atención los libros cuyos protagonistas son niños y más aún que
ellos sean los propios narradores. En este caso, quien cuenta la historia es
Budo, el amigo imaginario de nuestro protagonista de 9 años Max.
Budo no es un
amigo imaginario como los otros: él lleva ya 6 años en el mundo (todo un récord
en el mundo de los amigos imaginario), tiene apariencia muy humana, puede
traspasar las paredes y es muy inteligente, tanto como su creador. Max es un
niño muy especial: no se dice en ningún momento pero parece que pueda tener
autismo y por eso le cuesta relacionarse con los demás y siempre anda sumergido
en su mundo. Budo es su único y mejor amigo.
«Todos los monstruos no son malos, pero los
monstruos que no se mueven ni hablan como monstruos son los peores »